martes, 11 de enero de 2011

Sol y Luna


La Luna y el Sol
muy enamorados estaban,
antes que la noche y el día,
cruelmente, les separaran.

Ansiosos por volverse a encontrar,
idearon mil maneras descabelladas
para poder al tiempo engañar
y esconderse tras estrellas plateadas.

Al final, tras mucho meditar,
el Sol eligió de manera deliberada
en tu cuerpo resucitar
y aparecer tras tu mirada.

La Luna en lo alto permaneció
pues la Tierra iluminada debía estar.
Como nadie se lo agradeció
ella también decidió marchar.

Vio al Sol en compañía,
una muchacha humilde y morena
que con su sencillez oscurecía
el esplendor de la luna llena.

La Luna al Sol para ella quería,
así que para llamar su atención
decidió que la mirada iluminaría
de la muchacha en cuestión.

El Sol al ver luz resplandeciente
en esa joven y dulce mirada
se acordó, repentinamente,
de su añorada amada.

Con fuego y hielo
nuestros corazones enamoraron
y los señores del cielo
allá, a lo alto, regresaron.

Sol resplandeciente,
Luna austera,
se aman durante el eclipse
y se besan en luna nueva.



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